No hace falta más de un segundo en tu mirada para darse
cuenta de que devora… tanto que la mía muerde. El espacio reducido de tu
habitación no podrá abarcar algo tan grande como lo que va a ocurrir ahora. Y
es que se acabaron los razonamientos y vence el instinto con solo sentir el
perfume de tu piel a unos centímetros de separación...y el aliento empieza a convertirse en el mejor
de los mensajes.
Mi boca se acelera hasta rozar la tuya y mis manos se
envenenan con el afán de sentirte. Cada uno de mis dedos borda todo tramo de
tus brazos, como un sastre dispuesto a hacerte el amor a medida. Mis labios
chocan con los tuyos y ya no hay vuelta
a atrás… te aprieto contra mí, haciéndome dueño incontestable de tu cintura… me
atas con tus manos por mi cuello, aprietas tu pecho con mi pecho… la gravedad empieza a volverse cero, tanto
que mis brazos te levantan en el aire… tu vestido ya sobra, por eso se remanga… somos un ciclón a
punto de estallar contra la puerta que cae golpeada por un tsunami de
deseo y la corrala de vecinos se
convierte en el escenario improvisado.
Destrozo la cremallera de tu vestido con los dientes, ya no hay ropa que
moleste, no hay luces que distraigan, solo mi boca rodeando tu cuello, tu
espalda… llegando a sitios donde perderse sin remedio. Esta noche somos
presas de una fuerza animal que nadie
podría entender… por eso tu pelo es agarrado con fuerza por mi mano, mientras
aúllas como una loba que ha perdido a su manada… tus manos se acaban rindiendo
sobre una de las barandillas, el sudor escurre como actor secundario por
nuestros cuerpos… desde atrás tatúo mi cuerpo sobre el tuyo, me encuentro tan
dentro de ti que ya no sabría cómo salir… aunque tampoco quiero.
Hay luces vagas que se empiezan a encender, hemos despertado
a algunos vecinos… la verdad es que me da bastante igual, no creo que nadie nos
pueda frenar ya. Te vuelvo a tener de frente y te levanto con fuerza, esta vez
tu espalda visita la puerta del ascensor… tu voz incrementa sus gemidos, la
fuerza se acaba de convertir en nuestra mejor cualidad… tus ojos están ya de
visita en otra galaxia y tienes la luna en tu paladar… tus uñas dejan un
recuerdo imborrable sobre mi espalda… gritas y los vecinos no paran de llamar…
1, 2, 3… 6 denuncias por escándalo público, tantas como orgasmos acabas de
vivir.
Podría parecer que todo acaba... pero no, la noche sigue con
su telón abierto (and you know,“the grass is always greener”)
Y tú vuelves desnuda
a abalanzarte sobre mí,
y el suelo ofrece a mi espalda
ser parte de su tapiz,
y la loba se vuelve fiera
y cabalgas a más de mil,
tú pecho es el culpable
de la hipnosis de mis manos,
tus dientes emanan crímenes
con rastros de carmín,
en el centro de tus piernas
he dejado de existir
y el final de tu espalda
es el comienzo de mi fin.
Vuelven los gritos,
el pulso se vuelve a acelerar,
has perdido la cuenta,
lo vuelves a gritar:
1,2,3… 6. Seis.
Gioseer
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